Democracia, partidos políticos y estabilidad
16/05/2004
- Opinión
Se realizó recientemente en Santa Marta la reunión del Comité de
la Internacional Socialista para América Latina. La
Internacional Socialista es una organización de partidos
políticos de tendencia socialdemócrata, quizá la más importante
de su género en el ámbito global. Asistieron por Colombia el
Partido Liberal y el PDI, las dos organizaciones políticas que
en conjunto fueron las ganadoras en las elecciones de Octubre
del 2003 –referendo y coaliciones para elecciones regionales y
locales-. Esto plantea la reflexión acerca de la importancia de
los partidos para la democracia y la estabilidad política.
Tradicionalmente se considera que los partidos son fuerzas
políticas organizadas que agrupan ciudadanos de una misma
tendencia política, para movilizar la opinión sobre un cierto
número de objetivos y participar del poder o influenciarlo.
Igualmente cumplen un rol fundamental de legitimación, de sí
mismos y del sistema político en su conjunto.
En la historia política colombiana los partidos tradicionales,
fueron la expresión, a través de las elites regionales y
locales, de los proyectos ideológicos a la moda en los distintos
momentos históricos, antes que representar intereses específicos
de sectores sociales. Los partidos políticos colombianos
históricamente formularon proyectos pensando más en el Estado
que en la sociedad. Pero es aceptado que hay crisis en los
partidos actualmente, en los tradicionales y los más recientes,
que se expresa en: carencia de legitimidad interna de sus
estructuras de dirección; dispersión y fragmentación
organizativa; anarquía programática; desfase entre sus discursos
y las demandas de la sociedad o incapacidad de transformar
demandas y problemas sociales en políticas públicas;
predominancia y crisis del clientelismo como práctica política
fundamental y mecanismo de relación con la sociedad.
Esto tiene varios efectos: uno, lleva a que el Congreso no
opere como un campo de concertación entre fuerzas políticas
expresivas de corrientes de la opinión nacional, sino como
espacios para acuerdos de intereses altamente personalizados;
dos, posibilita que surjan los denominados outsider –los
advenedizos a la política o los que hacen política con el
discurso de la anti-política porque es taquillero, casi siempre
con tendencias caudillistas- que son factores de incertidumbre
para el sistema político; tres, como los partidos son
deficitarios en mediar los conflictos el Estado busca
institucionalizarlos a través de otros mecanismos y con formas
de participación comunitaria centradas en lo local y regional.
Pero también suprimiéndolos. Se privilegia una democracia
participativa con énfasis comunitario, pero sin capacidad
decisoria real.
Esta crisis de los partidos políticos colombianos se relaciona
con la crisis más profunda que atraviesa nuestra sociedad y que
es parte del proceso global de reacomodación a un nuevo momento
histórico, denominado el período neoliberal y la democracia en
este contexto adquiere un énfasis procedimental, y se minimizan
los aspectos sociales y económicos; se presenta simultáneamente
una revalorización de lo institucional.
Pero la democracia requiere, para ganar legitimidad y
estabilidad política, un sistema de partidos serio y
representativo de la diversidad social, que expresen las
diversas posiciones y alternativas políticas. Sería muy útil
para el debate político colombiano que el PDI y el Partido
Liberal lideraran una gran alianza de centro-izquierda que se
oponga al 'uribismo' con tesis como: oposición a la re-elección
presidencial inmediata; proponiendo alternativas serias para la
superación de las amenazas ligadas al conflicto interno armado –
recordando que las amenazas se neutralizan o eliminan, en lo
internacional con una mezcla de disuasión militar y diplomacia
y en lo interno con una mezcal de fortalecimiento estatal y
propuestas políticas, que es lo que hoy no existen-; planteando
propuestas distintas al manejo de la política económica y
social. Así la política se vuelve realmente competencia entre
opciones partidistas diversas y resulta atractiva para los
electores y esto sí le quita realmente el espacio a la guerra.
* Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional
https://www.alainet.org/es/articulo/109947?language=es
Del mismo autor
- ¿Es posible una nueva guerra fría? 26/10/2021
- Tensión en el mar de China 20/09/2021
- ¿Arrancó en serio la campaña presidencial? 19/07/2021
- Profundizar la democracia 05/07/2021
- ¿Es posible un gobierno de unidad nacional? 22/06/2021
- Las potencias globales buscan su reacomodo 31/05/2021
- Los jóvenes, protagonistas centrales de la protesta 24/05/2021
- Constitución de 1991 y cierre del conflicto armado 26/04/2021
- Pendiente: superar el conflicto con el ELN 12/04/2021
- Incertidumbres asociadas a elecciones 2022 29/03/2021