Obras son amores en la Revolución Bolivariana

01/07/2014
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El comandante Hugo Chávez, tras triunfar una vez más en las elecciones presidenciales de octubre del 2012, planteó el inicio de un nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana. La bitácora programática de esta nueva etapa quedó plasmada en el Programa de la Patria, su Propuesta para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019, refrendada por el pueblo en las urnas. Nicolás Maduro, el candidato de Chávez presentado por el Gran Polo Patriótico en abril de 2013, defendió el mismo programa, que fue revalidado así de nuevo con su victoria electoral y convertido, tras su aprobación en la Asamblea Nacional, en el “Plan de la Patria, Proyecto Nacional Simón Bolívar, Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019”.
 
Durante la breve campaña electoral, desarrollada en las dolorosas semanas posteriores a la partida del Comandante Hugo Chávez, Nicolás Maduro adelantó su propuesta de “un gobierno socialista fundamentado en el trabajo diario, en la calle y con el pueblo, para detectar directamente las necesidades del pueblo y darles solución”. Esta metodología política, conocida como la del Gobierno de la Eficiencia  en la Calle, ha contribuido a conectar directamente a los cuadros revolucionarios bolivarianos en tareas de gobierno con las necesidades y demandas del pueblo expresadas en los barrios, pueblos y ciudades a lo largo y ancho de todo el territorio venezolano.  Y en estos catorce meses transcurridos desde su implementación hasta junio de 2014 se ha traducido en logros y resultados a la vista de todos los que quieran conocer La Verdad de Venezuela.
 
Uno de los logros palpables, en el marco del relanzamiento del Sistema Nacional de Misiones y Grandes Misiones,es el obtenido por la Gran Misión Vivienda Venezuela. Esta Misión ha construido 591 mil viviendas en 34 meses, contando con un protagonismo relevante del trabajo del pueblo. El ministro del Poder Popular para la Vivienda y Hábitat, Ricardo Molina, ha resaltado el “salto en lo cuantitativo y cualitativo de haber construido de 40 a 50 mil viviendas en los dos últimos años, a producir 200 mil viviendas al año; es decir multiplicamos por cuatro o por cinco la construcción de viviendas. La capacidad constructiva de nuestro pueblo está demostrada”.
 
En la actualidad se está iniciando la construcción de 315 mil nuevas viviendas. Para apoyarla está previsto crear conglomerados industriales coordinados por la Red Construpatria, instrumento del Gobierno Bolivariano para establecer un nuevo modelo logístico y de distribución de materiales e insumos para las construcciones requeridas por los proyectos y obras de la Gran Misión Vivienda Venezuela. En aras de lograr la mayor eficiencia, el Presidente Nicolás Maduro ha decretado la adscripción de la Gran Misión Vivienda Venezuela y la Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor al Órgano Superior del Sistema Nacional de Vivienda y Hábitat. Ello permitirá atender a un millón de familias en todo el país en el año 2014. Y hacerlo fortaleciendo el Poder Popular con el reimpulso de los Consejos Comunales y el avance en la constitución de las Comunas en todo el territorio nacional.
 
La Verdad de Venezuela es que el derecho constitucional a la vivienda se está traduciendo en hechos, en abierto contraste con los centenares de miles de desahucios y desalojos forzosos en Estados Unidos, España, Grecia, y otros países del norte capitalista. Y esto no es casual: “la penuria de la vivienda no es en modo alguno producto del azar; es una institución necesaria que no podrá desaparecer, con sus repercusiones sobre la salud, etc., más que cuando todo el orden social que la ha hecho nacer sea transformado de raíz”, escribía F. Engels en 1872 en su Contribución al problema de la vivienda, trabajo destinado a criticar la pretensión proudhoniana de solucionar el problema de la vivienda bajo el capitalismo.
 
Estos logros y las metas planteadas en materia de vivienda para el segundo semestre de 2014 se inscriben en la ofensiva revolucionaria desplegada mediante la activación de cinco líneas estratégicas de acción gubernamental en todo el país:
 
1.    Relanzamiento de las Misiones y Grandes Misiones y activación de las Bases de Misiones, que contarán con educadores, médicos, facilitadores culturales y deportivos…
2.    Ofensiva Económica, centrada en las dinámicas de estabilización de precios, abastecimiento e impulso a la producción nacional.
3.    Activación de los Cuadrantes de Seguridad, en el marco del Plan Patria Segura.
4.    Actividades vinculadas a las “tres i” (inauguración, inspección e inicio de obras)
5.  Fortalecimiento de las Comunas, el Gran Polo Patriótico y el Partido Socialista Unido de Venezuela.
 
Honrar el legado de Chávez mediante el despliegue masivo y eficiente del Gobierno Bolivariano unido a la lucha del pueblo consciente y organizado, tal es la apuesta del presidente Nicolás Maduro destinada a derrotar la conjura imperial y a consolidar y profundizar la Revolución Bolivariana.
 
Obama y un discurso transparente
 
De la misma manera que suele decirse que hay imágenes que valen por mil palabras, hoy toca señalar que ciertos discursos, como el recientemente pronunciado por Barak Obama en la Academia militar de West Point, ayudan a clarificar en toda su extensión de qué se trata cuando se habla del Imperialismo.
 
Partiendo del criterio por él mismo formulado, de que "Estados Unidos es la única nación indispensable”, y el agregado de que “eso fue así en el siglo pasado y seguirá siéndolo en el próximo", Obama no ahorró ejemplos para demostrar que la fuerza militar es, y siempre será, "la espina dorsal" de una expansión que sueña consolidar en todo el planeta. Puso el acento en lo que significó para "la democracia de esos pueblos" la intervención en Iraq y Afganistán, mencionando muy a la ligera que no todo había salido a pedir de boca en sus maniobras injerencistas. No contó, claro está, a los millones de muertos y desplazados, ya que esos son “daños colaterales”. También justificó la necesidad de pararle los pies a Rusia "junto a nuestros aliados de la OTAN" y “la ayuda inestimable del FMI”, en la crisis que ellos mismos indujeron en Ucrania. Abogó por generar el clima óptimo para seguir hostilizando al gobierno sirio, y cuidar los intereses de sus aliados en Bagdad, ahora puestos en peligro por los mismos mercenarios que armaran sus muchachos del Pentágono.
 
"Estados Unidos usará su fuerza militar, unilateralmente si es necesario, cuando nuestros intereses básicos lo exijan", amenazó Obama, dando cuenta de que Europa no debe mirar a un costado a la hora de luchar contra "el terrorismo".
 
Por último, no quiso que hubiera espacio para ningún tipo de dudas sobre las intenciones que alberga el Pentágono de aquí en más, puntualizando que "Estados Unidos debe siempre liderar en el escenario internacional. Si no lo hacemos nosotros, ningún otro lo hará", dijo, volviendo a poner énfasis en lo que significó toda la estructura ideológica de su discurso: "Me apoyaré cada vez más en los militares para que tomen el liderazgo".
 
Es en este marco que hay que analizar las continuas agresiones que sufre el proceso revolucionario bolivariano y que han cobrado excepcional magnitud desde que comenzaran las acciones golpistas en el mes de febrero, a través de acciones violentas e intentos indiscutibles de culminar con el derrocamiento del gobierno legítimo de Nicolás Maduro.
 
Venezuela es, de hecho, un laboratorio en el que el imperialismo utiliza todo tipo de fórmulas.
 
No sólo Obama, sino en forma más evidente, han sido el secretario de Estado, John Kerry, la subsecretaria Roberta Jacobson, o más recientemente el vicepresidente Joseph Biden, los que se han encargado de arropar descaradamente a los sectores más agresivos de la oposición y suministrarles en su momento, aire para que continuaran con guarimbas que dejaron el saldo de más de cuatro decenas de muertos.
 
Es indudable también que, en ese afán explicitado por el presidente estadounidense de “liderar el planeta”, todo lo que viene ocurriendo en el continente latinoamericano, a nivel de integración y generación de anticuerpos, complica esos planes. Sin embargo, el Imperio no deja de incursionar, buscando concretar su objetivo de arrasar con los gobiernos y los pueblos que le plantan cara. Es por ello, que sigue afianzando sus bases militares, acelera los Tratados de Libre Comercio y gestiona la Alianza del Pacífico, envía más y más “misiones culturales” patrocinadas por la USAID, o en algunos casos, como acaba de ocurrir en Argentina, genera la intervención de la mismísima Corte Suprema de EEUU para intentar asfixiar económicamente al país.
 
Con Venezuela, estas “recetas” desestabilizadoras han sido probadas a lo largo de estos quince años de mandato bolivariano, convirtiendo al país en uno de los más atacados, pero también el que mayor empeño ha puesto (indudablemente junto a Cuba revolucionaria) en desbaratar cada uno de estos embates.
 
La injerencia norteamericana es descarada. No ha dudado en involucrar a algunos de sus funcionarios, como es el caso del embajador en Colombia, Kevin Whitaker, en un plan que contemplaba el asesinato del presidente Maduro, a partir del estrecho relacionamiento que este diplomático mantiene con dirigentes de la oposición violenta, como es el caso de María Corina Machado, el periodista Nelson Bocaranda o el prófugo Diego Arria.
 
Frente a cada uno de estos intentos, el pueblo y el gobierno venezolano, firmemente unidos con sus Fuerzas Armadas han ido demoliendo los intentos explicitados por Obama en West Point. La fórmula, por sencilla, no deja de ser efectiva: hablar sin eufemismos de los enemigos de la soberanía venezolana y también de la región, actuar con la Constitución en la mano, apelando al estado de derecho para acorralar a los violentos, y por último, continuar profundizando los logros de la Revolución. Hechos y no palabras que le aseguran seguir cumpliendo con el legado del Comandante Supremo Hugo Chávez.
 
Prensa alternativa frente al ataque imperial: Desafío mediático
 
Durante más de un mes la escalada de prensa contra la Revolución Bolivariana perdió ímpetu y continuidad. La curva acompañó el agotamiento de la guarimba, la división de la MUD, la perplejidad de la Casa Blanca ante el hecho -para ellos inimaginable- de que el gobierno de Nicolás Maduro resistiera la arremetida iniciada el 12 de febrero, sostenida hasta fines de abril.
 
Así, la pomposa campaña según la cual los diarios comerciales más reputados del hemisferio podían dedicar una página cotidiana para denostar a Venezuela, se transformó en una silenciosa retirada. No tanto porque para esos 84 medios resultara incómodo defender la transformación de la guarimba en liso y llano terrorismo, sino sobre todo porque el Departamento de Estado perdió una vez más la iniciativa.
 
En coincidencia con esa declinación, el Foro “Conjura mundial de los medios contra Venezuela”, resolvió en Caracas impulsar una red que, a poco de puesta en movimiento, recibió la adhesión de 117 medios de todo el mundo.
 
Ni la pausa en el ataque se mantendrá, ni la consolidación de una red mundial para defender La Verdad de Venezuela está garantizada. Pero el cruce de caminos es por demás elocuente acerca de las posibilidades de ambas fuerzas en pugna.
 
Washington huye hacia delante
 
Otras victorias antimperialistas ocurrieron simultáneamente en latitudes diferentes:
 
-  Acuerdo China-Rusia (que incluye la eliminación del dólar en los intercambios y fue acompañado de inéditas maniobras militares conjuntas).                  
-  Contundente demostración en Siria de apoyo de masas al presidente Bashar al Assad.
-  Fundación de Repúblicas Populares en el este de Ucrania, precedida por el fracaso en la anhelada anexión de Crimea al aparato de la Otan.   
-  Creación de una moneda de cuenta entre Rusia, Bielorusia y Kasajstán (preparan su ingreso Armenia y otros países del área).
-  Por su sola realización la cumbre del G-77 y China en Bolivia supone el primer peldaño de tal magnitud –participaron 129 países- en el bullente proceso de recomposición del mapa político mundial, siempre en detrimento del poder imperial de Estados Unidos. Además, allí numerosos presidentes y altos mandatarios expresaron solidaridad y apoyo al gobierno constitucional de Venezuela. Y en actos públicos de participación masiva se hizo evidente la caladura popular de la Revolución Bolivariana en el hemisferio.                
- La misma prensa que ataca a Venezuela se vio obligada a anunciar el peligro de deflación en la Unión Europea –que en caso de concretarse tendería a transformar la recesión en depresión. A la vez esos medios publicaron datos que desmienten la supuesta recuperación económica en Estados Unidos.
 
Podrían sumarse innumerables hechos demostrativos de que Estados Unidos ya no puede ejercer su papel de antaño como inapelable gendarme mundial.
 
Una interpretación ingenua de la realidad capitalista podría llevar a pensar en un repliegue o, al menos, una pausa en la beligerancia extrema del imperialismo. Pero está en curso la dinámica inversa: Obama explicitó que su gobierno está dispuesto a marchar a la guerra (ver nota anterior). Y en el mundo contemporáneo un destacamento clave de los ejércitos imperiales es la prensa comercial. Tanto más porque la relación de fuerzas en todos los terrenos –excepto, claro, el militar, aunque también aquí el panorama está cambiando, dejándole a Washington la sola supremacía indiscutible de su arsenal atómico, el gran capital debe apelar a la difusión masiva de mentiras, calumnias y tergiversaciones, para anestesiar a los pueblos mientras lleva a cabo operaciones político-militares tendientes a recuperar el terreno perdido.
 
Obsequio a la guerra mediática
 
Por su petróleo, seguramente, pero ante todo por encarnar la respuesta socialista a la crisis del capitalismo mundial, Venezuela es objetivo permanente de ataque político, militar, diplomático y mediático por parte de Estados Unidos. De modo que aunque haya pausas obligadas por derrotas inesperadas en su accionar, no habrá tregua y muchos menos armisticio.
 
Desde el golpe fallido de 2002 es mucho el camino recorrido por la prensa revolucionaria, en América Latina y otras regiones, en términos cuantitativos y cualitativos. Ninguna crítica –objetiva o desmedida- puede ocultar ese hecho clave de la nueva situación mundial: hay capacidad actuante para enfrentar y vencer la ofensiva imperial en el terreno de la información y la lucha de ideas. La red por “La Verdad de Venezuela” puede potencialmente multiplicar esa capacidad.
 
La señalada retracción en la campaña contra la Revolución Bolivariana halló en estos días un salvavidas en la deserción de un ex ministro que difundió un documento deliberadamente apuntado a calzar en aquella campaña. Y ya está en curso el intento contraofensivo de la prensa comercial. Puede ser el inicio de una nueva escalada. Y la oportunidad para mostrar de lo que es capaz la prensa revolucionaria.
 
https://www.alainet.org/es/active/75085
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