¿Por qué no querer ver la realidad?
03/03/2013
- Opinión
Una noticia que le dio la vuelta al planeta Tierra el día 18 de abril de 2009 en la V cumbre de las Américas sucedida en Trinidad y Tobago fue la entrega que le hizo el Presidente de Venezuela Hugo Chávez a su homólogo estadounidense, Barack Obama, del libro Las venas abiertas de América Latina del uruguayo Eduardo Galeano. Libro que contiene la realidad de lo que ha sido y vivido una parte de nuestra América desde la colonización y el sometimiento por los europeos. Infamias, enfermedades que nos transmitieron y aún continúan profiriéndose en contra de nosotros y el interés soberano.
De estos acontecimientos transcendentales y cronológicos tendrá que enterarse tarde que temprano y aún más pronto nuestro pueblo; de lo contrario continuará sumergido en la crisis económica que hoy afrontamos tal como lo percibe el gremio caficultor en especial las más de 550.000 familias colombianas que como constante histórica disfrutan solo del olor de este alimento, además no siendo originario de nuestro territorio.
El libro de por si académico nos lleva a pensar y a reaccionar frente a las adversidades cometidas por los dueños de los medios de producción; los terratenientes que solo han aprendido a explotar a los cogedores de café con bonificaciones que no llega al salario mínimo legal vigente ordenado en Colombia sino migajas ya que no van más allá de los $50.000 semanales y someterlos a horarios sangrientos de 12 a 14 horas diarias, es decir antes de salir el sol hasta no verse la luz del día ni notarse la diferencia en el color del fruto y anexémosle ellos los lungos como así los han catalogado y sus humildes familia sin prestación social alguna, desarrapados, sin vivienda, sin educación, sin salud y sin recreación.
El Presidente de la Academia de Historia del Quindío. Jaime Lopera Gutiérrez, teórico del proceso de la caficultura regional nos brinda otra enseñanza en el texto la colonización del Quindío que aparece editado dentro del libro Concejo de Calarcá 100 años en la historia 1905-2005 donde nos precisa que en el año 1932 Calarcá contaba con 5.923.410 cafetos en 528 Km de superficie y calidad de café pero no de vida..
El trajinar diario son tristezas en el jornalero y observar como honestos viejos de 77 años lloran su resultado final al ver las respuestas sanguinarias de los gobernantes de turno, entre ellos el actual Santos. Y, con estas políticas hacia el futuro el establecimiento oficial imponer la minería a cielo abierto, otorgándole mayor nutriente económico y poderío a las transnacionales.
Creo que lo peor que nos ha podido pasar es el someternos a los gustos de los países desarrollados, a sus pretensiones e intereses, olvidando en ocasiones que debemos ser autónomos e independientes, con cerebro propio, con creatividad y buscando de verdad una reforma agraria integral y democrática, con economía solidaria, que coloque a producir alimentos para la población colombiana, construir un espacio cultural y espiritual que permita el desarrollo armónico de la sociedad y su entorno. Y esto difícilmente lo conseguiremos si seguimos recibiendo las orientaciones del sector financiero internacional, de los depredadores extranjeros con sus enfermedades mentales y desconociendo la institucionalidad del pulpo de la Federación Nacional de Cafeteros sobre todo aquellos chupasangres de salarios superiores a los $100 millones mensuales que se identifican con las políticas gubernamentales para seguirle dando físico garrote al agrario y causarle severas heridas como aquel campesino que perdió su mano este 25 de febrero de 2013 en la ciudad de Calarcá. He aquí el por qué se justifica la solidaridad con el paro de los caficultores; en especial con los minifundistas que equivale aun 92% en todo el país.
De no aceptar la realidad, no estudiar y conocer la historia podemos estar cayendo de nuevo en lo pasado y con incertidumbre para el futuro. Seguirán las golpizas militaristas apoyando a los que han usufructuado todo el esfuerzo que realiza el campesino para poder cultivar una mata de café. Recordemos aquella parte de la canción del cantautor chileno Víctor Jara; Que la tortilla se vuelva: cuando querrá el dios del cielo/ que la tortilla se vuelva/ que los hombres coman pan/…
Nelson Guzmán Baena.
Directivo C.U.T. (Central Unitaria de Trabajadores) Quindío.
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