Reflexiones de un general posdoctorado

De pactos, historia y militares

28/02/2013
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

 

 En la conmemoración de la Marcha de la Lealtad, es de llamar la atención el discurso del secretario de la Defensa: “Nos congratula el Pacto Nacional (sic) logrado recientemente por los líderes políticos del país. Saludamos, también, las reformas e implementación de políticas de estado en favor del bienestar colectivo. Ese espíritu propositivo y los hechos consecuentes son, justamente, la Marcha de la Lealtad moderna que el país requiere. La lealtad es de todos y para todos. Civiles y militares debemos capitalizar y potenciar sus enormes frutos”. Discurso que desde nuestra visión, es una actitud clara de que los militares seguirán participando en política, lo que prohíbe la Constitución.
 
Con el Plan de San Luis, Francisco I. Madero alentó el resurgimiento de las fuerzas populares que se lanzaron a combatir al régimen de Porfirio Díaz. A través de los años, la imagen de las fuerzas rebeldes de 1910 ha adquirido características épicas, que en cierto modo deforman la realidad del momento.
 
La renuncia de Porfirio Díaz el 21 de mayo de 1911, después de la toma de Ciudad Juárez, no dejó de producir sorpresa en el propio Madero, pues el régimen de Díaz se encontraba lejos de una derrota militar total. El gobierno se derrumbaba por su propio peso y ante la indudable presión de las fuerzas armadas revolucionarias, pero no estaba aún deshecho militarmente. Ante lo inesperado de su triunfo, el presidente Madero no previó los posteriores acontecimientos que conducirían a la caída de su gobierno y que acarrearían su propia muerte.
 
Francisco I. Madero era un liberal típico del siglo XIX. Proveniente del nuevo grupo empresarial que surgió en los últimos años del porfiriato, creía que las instituciones democráticas se sostendrían por su propia fuerza moral. De ahí la seguridad que Madero tuvo de que el voto popular sería respetado por todos los grupos e intereses políticos del país. Por esto, no disolvió el Ejército Federal, sino que, acorde con su mentalidad idealista de liberal, que suponía una lealtad a las instituciones republicanas en abstracto, se apoyó en ese Ejército. No comprendió que el Ejército Federal, por sus orígenes históricos, no podría ni querría defender a la Revolución.
 
Por otra parte, Madero desconfiaba de las tropas revolucionarias. Probablemente no imaginó en 1910, al lanzar el Plan de San Luis, que la respuesta a su llamado habría de provenir del campo, más que de las ciudades. En varias ocasiones dio prueba de esa desconfianza.
 
El asesinato de Madero y la desaparición de la legitimidad republicana que él representaba fueron obra de elementos del Ejército porfirista. La muerte de Madero demostró históricamente el error de la apreciación idealista del primer presidente revolucionario, en lo que al Ejército Federal se refería, y por ende, a la actitud de las fuerzas conservadoras a las que éste defendía.
 
Nacimiento del actual Ejército
 
El 26 de marzo de 1913, el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, lanzó el Plan de Guadalupe contra el general Victoriano Huerta, que al frente del Ejército Federal había usurpado el poder tras asesinar al presidente Madero.
 
Carranza no era militar. Había ocupado altos cargos políticos en los tiempos porfiristas. Hábil político, tenía una larga experiencia administrativa y de mando, de la que los demás caudillos de la Revolución carecían.
 
El 19 de febrero de 1913, un mes antes de lanzar Carranza el Plan de Guadalupe, la Legislatura del Estado de Coahuila emitió un decreto por medio del cual se creaban las primeras fuerzas armadas de lo que sería, posteriormente, el Ejército Constitucionalista.
 
El Ejército Constitucionalista tendió a una organización estrictamente jerarquizada, apartándose de la lucha espontánea y sin coordinación de las tropas maderistas. A la cabeza de este Ejército estuvo Venustiano Carranza, quien nunca aceptó rango militar alguno, sin embargo, se hizo llamar primer jefe del Ejército Constitucionalista. Semejante actitud tuvo después gran significado, cuando al triunfo del movimiento llegó a la Presidencia con carácter de civil.
 
Carranza logró la unidad de la mayor parte de las facciones revolucionarias alrededor suyo en contra de Huerta. El Ejército Constitucionalista funcionó para los fines con que fue creado, aunque los conflictos entre los dirigentes aparecieron con el tiempo.
 
Para mediados de 1914 y después de una penosa campaña, las fuerzas constitucionalistas lograron la rendición incondicional del Ejército Federal. Álvaro Obregón y Lucio Blanco se encontraban con sus tropas el 13 de agosto de 1914 en la población de Teoloyucan, a unos 30 kilómetros al norte de la ciudad de México, a fin de concretar el acto.
 
Conclusión
 
En el contexto actual y los acontecimientos históricos que calan la conciencia nacional, es conveniente centrar el problema en el marco más amplio de la relación entre Ejército y sociedad; primero, ante todo, las misiones de las fuerzas armadas es una función pública y por ello su desarrollo y operación debe estar bajo un estricto control institucional, y segundo, el objetivo central de dicha función es la defensa nacional.
 
Un tema en que la sociedad tiene algo que decir, de tal manera que más allá de las derivas del grupo en el poder que ordena al Ejército a cumplir funciones que no le corresponden, está una sociedad cuyo mandato es el que funda tanto al Estado como la función que tiene encomendada.
 
Esta precisión tiene como objeto sustentar las bases que hace que el presidente sea jefe de las fuerzas armadas y la orientación que debe dar respecto a la función pública, que tiene que ver con el interés de la nación. Efectivamente las fuerzas armadas están en estricta subordinación con respecto del presidente pero cuando represente efectivamente a la nación.
 
Los políticos y militares, perversamente han confundido este precepto universal democrático.
 
 
Fuente: Forum en línea
 
https://www.alainet.org/es/active/61965
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS