Nuevas estocadas contra el pueblo

20/10/2012
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  • Opinión
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Pareciera que los políticos ven los colores de nuestra bandera desde la cantidad de billetes, monedas y beneficios que pueden recibir.
 
¿Será esta la visión y misión de todos los que asumen el poder político? ¿Cuál es el pensamiento de la población con respecto a esta situación?
 
Parecen concordar. Si bien mantenemos un crecimiento económico envidiado por muchos países, jamás se había sentido la inflación como en la actualidad. Aumenta todo (arroz, leche, maíz); nuestro poder adquisitivo se disminuye cada vez más, por lo que tiende a ser peor.
 
El gobierno de Ricardo Martinelli se endeuda más, a fin de promover megaproyectos. La deuda interna y externa aumenta extraordinariamente, generalmente producto de los sobreprecios. De la misma forma, los bienes públicos se convierten en objeto de venta, tales como la Zona Libre de Colón y las acciones de la telefónica. Se preguntan muchos, ¿qué ha sucedido con el fideicomiso de la venta del IRHE y del INTEL?
 
Para quienes se mantienen alerta con la información diaria, no es un secreto el uso de millones de dólares por cada tránsfuga (o traidor al pueblo, “travestis políticos”, como los llamó un radioescucha) o, en su defecto, el archivo de expedientes y hasta la resolución de casos pendientes.
 
Algunos otros, cuyas investigaciones o auditorías se han realizado de forma objetiva y transparente por funcionarios serios y honestos, ahora administrativamente los tratan de cambiar y presionan a los empleados para que cambien los informes o los adecúen favorablemente a conveniencia de algunos jerarcas.
 
Aún se desconocen los nombres de los diputados que tienen casos pendientes con el Programa de Ayuda Nacional. Se especula con la construcción de muchas carreteras a sobreprecios, entre otras en las zonas indígenas o comarcas.
 
Una nueva estocada se inserta en la columna vertebral de nuestro Panamá, con la aprobación de la venta de los terrenos de la Zona Libre de Colón, a fin de complacer al César de Panamá. Solo falta que vendan, mediante acciones, el puente de Las Américas, el puente Centenario y el Canal de Panamá.
 
No solo se omite explicar a quiénes comprarán los terrenos de la Zona Libre, qué harán con el 70% de los recursos y bajo cuántas contrataciones directas gastarán el 30% que prometen a los colonenses. Téngase presente que, en otrora, el producto del 100% de las ventas correspondería a programas de interés social de Colón.
 
El porcentaje se ha disminuido para complacer al César y sus “gracia-dores”. Nadie cree en las “presuntas garantías” que ofrece un gobierno que se ha caracterizado por modificar las leyes para beneficio de sus adeptos, benefactores o traidores del pueblo.
¿Qué le garantiza a los colonenses que al final, cuando las tierras las compren los adeptos al Gobierno, el dinero se use para megaproyectos de la capital, desprotegiendo una vez más a sus comunidades, principalmente las marginadas?
 
Ya verán cuando la tortilla se voltee y los pobres coman pan; pero pan de harina, no del Programa de Ayuda Nacional (PAN), porque de ese comen solamente quienes dicen representar al pueblo. Del PAN aún se tienen que investigar las compras directas, concesionadas a destajo o por adjudicación con los presupuestos de ministerios de índole educativo o social, entre otros. ¡Dios te salve, Panamá!
 
Publicado en La Prensa, sábado 20 de octubre de 2012
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