Democracia, unanimismo y tolerancia

01/04/2008
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Es de todos conocido que la democracia implica, en su dimensión política, una serie de condiciones que se pueden resumir de la siguiente forma: 1) elecciones libres periódicas; 2) pluralismo político partidista; 3) equidad en la competencia política –incluido el acceso a los medios de comunicación-; 4) las decisiones se toman por mayoría de los participantes; 5) existen derechos y garantías políticas para todos los ciudadanos; 6) hay unas reglas del juego pre-establecidas y que todos se comprometen a respetarlas, lo que comúnmente se denomina Estado de Derecho.

Autores reconocidos como Norberto Bobbio definen la democracia en  su dimensión política "como un método, un procedimiento condensado en una Constitución como norma de vida para una nación" y plantea que la democracia moderna, en lo político, como sistema que permite el compromiso y acuerdo entre las partes se construye sobre tres elementos: a) un pacto de no agresión entre los partidos; b) todos los partidos deciden dar origen a un Estado donde los conflictos se puedan resolver pacíficamente; c) la constitución de un poder común, un Estado democrático con reglas para resolver los conflictos, así: i) atribuir a los ciudadanos el derecho de expresar libremente sus ideas sin ser muerto, ni exiliado -derechos fundamentales del hombre-; ii) derecho de participar en el libre debate a través del cual, por medios pacíficos, el ciudadano logra imponer las reglas de la mayoría -permite tomar decisiones entre personas con opiniones diversas-. 

Adicionalmente, la democracia conlleva el desarrollo de una cultura democrática que es aquella que valora como importante el respeto a la diversidad y la convivencia con los diferentes, con una sola regla del juego,  el rechazo absoluto a la utilización de métodos violentos para imponer las ideas o las posiciones. Por ello se afirma que no puede haber una democracia sin demócratas. Lo anterior implica que la democracia significa el triunfo periódico de las mayorías, pero al mismo tiempo el respeto de las minorías y por consiguiente la democracia no es ni debe ser similar al unanimismo. De hecho varios autores consideran que el unanimismo más bien es un principio de sabor totalitario.

Se ha venido desarrollando un cierto ambiente en la sociedad colombiana sobre el cual hay que alertar, por cuanto implicaría una fuerte tendencia a considerar que deben asumirse posiciones unanimistas alrededor de lo que dice y propone el gobierno. Y quienes disientan públicamente son considerados ‘enemigos’ o apátridas y en esa medida son estigmatizados. Son tiempos preocupantes para la democracia colombiana; no porque haya una gran opinión pública que apoye al Presidente y sus propuestas –según lo dicen los sondeos de opinión-, sino porque pueden estarse generando tendencias que desconocen la diferencia y propenden por unanimismos que fácilmente pueden devenir en prácticas antidemocráticas.

Igualmente son totalmente condenables las amenazas de origen desconocido, pero sin duda intimidantes, contra académicos ya sea porque se consideran cercanos a las tesis del gobierno o adversarios o críticos del mismo. Esto igualmente enrarece el clima necesario para el debate y la convivencia democrática.

Desde distintos espacios de la sociedad, los medios de comunicación, la academia, los partidos políticos y las organizaciones sociales se debe hacer un gran esfuerzo por recuperar el ambiente necesario de tolerancia para que nuestra democracia funcione adecuadamente; para que las mayorías hoy en el gobierno –ya sea en lo nacional, en lo regional o en lo local- adelanten los programas que apoyaron los ciudadanos, para que las minorías igualmente puedan criticar, opinar o controvertir la gestión de los gobernantes –sin confundir la controversia de ideas o de políticas con las agresiones personales- y lograr de esta manera recuperar un clima realmente democrático. De otra manera no podremos condenar con suficiente autoridad a los violentos y el uso de la violencia como un método antidemocrático.

- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional.

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