Ya viene saliendo a la luz quién está detrás de los apagones en Venezuela

01/04/2019
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Foto: telemetro.com
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A las pocas horas de que en la tarde del sábado 30 Guaidó instruyó en sus manifestaciones a hacer una gran revuelta en caso se volviesen a dar apagones, éstos volvieron por cuarta vez en menos de 4 semanas en la mayor parte de Venezuela. Al escuchar el discurso de Guaidó en San Antonio, cualquier analista con un poco de criterio independiente puede descubrir quién genera y quien saca provecho de los descomunales cortes de luz que sacuden a Venezuela.

 

Se viene apagando el apoyo popular a Guaidó

 

Para dicho sábado 30 de marzo el diputado Juan Guaidó, a quién EEUU y sus aliados reconocen como “presidente encargado” de Venezuela, había llamado a una serie de grandes movilizaciones a nivel de toda Venezuela. Observando su twitter se puede ver que él acudió a algunas, las cuales en el mejor de los casos congregaron a algunos millares, pero ninguna de gran envergadura en Caracas. Esto es algo muy lejos del millón de personas que The Economist llegó a aducir que él movilizó en torno al 23 de enero.

 

Al parecer la capacidad de movilización de la Asamblea Nacional ha ido perdiendo peso, pero con el tiempo también va quedando más claro quién está detrás de los apagones y quién se desespera en exigir que a Venezuela entren militares de EEUU a fin de poderlos llevar al poder.

 

Pocas horas antes de que se diese el cuarto mega-apagón en Venezuela, Guaidó se ufanaba que en las últimas 3 semanas se han producido 3 apagones a nivel nacional, los cuales han hecho que la mayor parte de los días laborales no sean tales. Él entonces presagia y asegura que van a venir más y que cada vez que éstos vuelvan hay que hacer un “peo”, una forma venezolana de decir causar problemas o protestas duras.

 

Los apagones solo han aparecido cuando regresó Guaidó tras haber fracasado con su “día d”

 

Lo paradójico es que este tipo de apagones, los peores que haya tenido cualquier país del mundo con alrededor o más de un millón de kilómetros cuadrados (como es el caso de Venezuela), solo han aparecido exactamente a los 3 días de que Guaidó regresara de hacer una gira intercontinental de 10 días junto a la encargada de asuntos del hemisferio occidental de Trump y de la CIA y a 2 días que Guaidó anunciara paros escalonados que no fueron capaces de materializarse. Y, además, se hayan dado con tanta frecuencia.

 

Hoy en día existe la tecnología para hacer colapsar los servicios de luz o agua de un determinado país mediante ataques cibernéticos, electromagnéticos, de nano-robots o con disparos a blancos hechos por francotiradores ubicados a kilómetros de distancia, la cual ya ha sido utilizada en otros conflictos.

 

Todo parece indicar que hay una estrategia dirigida desde EEUU mediante la cual se busca colapsar todos los servicios de luz y agua así como la economía venezolana para provocar el caos, una explosión social, una crisis humanitaria y una intervención militar “humanitaria”.

 

Llamando a que EEUU invada a su país para que le lleven al poder

 

En su último discurso Guaidó volvió a repetir que iba a pedir que se aplique el artículo 187 de la constitución que faculta a la asamblea nacional a aceptar el ingreso de misiones militares extranjeras, pero eso se da en un contexto de corte diplomático y no de invasión militar, mientras que se mismo artículo penaliza al presidente de dicho parlamento a salir del país por más de 5 días sin previo acuerdo de éste (algo que no hizo la Asamblea Nacional cuando Guaidó el 22 de febrero sorprendió a todo el mundo al irse a Colombia e iniciar desde allí una gira internacional de 10 días).

 

Sin apoyo de ningún sector del ejército o de la policía venezolanas y cada vez con menor capacidad de crear problemas o movilizar gente, la única esperanza que le queda a Guaidó es que las sanciones y prejuicios contra los venezolanos desgasten al gobierno (aunque, más bien, le van desgastando a él mismo) y que los EEUU lance una invasión, algo que, dado el tamaño del territorio y de la población de Venezuela, así como del grado de apoyo popular y militar al chavismo, debería ser algo hecho por no menos de 100,000 soldados norteamericanos y preparándose para un conflicto que podría ser tan largo como el de Afganistán o Vietnam, el cual, a su vez, se complicaría por el apoyo de Rusia y China a Maduro.

 

Por último a estas alturas viene también destapándose el hecho que el movimiento de Guaidó no es ni democrático ni constitucional. Se supone que según la carta magna venezolana la figura del presidente encargado solo dura un mes, lapso en el cual se deben convocar a elecciones presidenciales. Ya nos acercamos al tercer mes de dicho periodo y, en vez de haber convocado a elecciones, Guaidó habla de que se debe dar paso a un “gobierno transitorio” (figura que no contempla la constitución venezolana), el mismo que debe aplicar un “Plan País” de privatizaciones y ajustes económicos para luego, dentro de 6 a 12 meses, poder convocar a elecciones.

 

Hacia una dictadura

 

En los hechos Guaidó quiere imponer una nueva dictadura comandada por alguien quien nunca ha sido electo para presidente ni ha competido con nadie para ejercitar tal cargo y quien debe imponerse mediante tropas extranjeras de ocupación, las cuales solo podrán vencer a costa de un colosal baño de sangre.

 

Mientras tanto ya ha fenecido el periodo de un mes que debe tener todo presidente encargado en la constitución venezolana, y Guaidó sigue sin reclamar ser el único vocero del poder ejecutivo como también del poder legislativo e ignorar cualquier resolución del poder legislativo, con lo cual él concentra en una sola persona los tres poderes que en toda democracia deben mantenerse independientes entre sí mismos.

 

Guaidó es el único presidente en la historia americana que nunca ha querido nombrar sus ministros ni su gabinete, y que solo designa embajadores y directores de las empresas conculcadas por EEUU al estado venezolano.

 

Intransigentes

 

Con este tipo de políticas es posible que Guaidó se vaya aislando y que vaya generando críticas dentro de la oposición, mientras que muchos empresarios vayan desconfiando de alguien quien está ligado a los apagones que les perjudica su producción, inversiones, abastecimiento y seguridad, que da paso al incremento de la delincuencia y de los saqueos, y que genera la posibilidad de una explosión social. Una eventual intervención militar extranjera es algo que terminaría produciendo bombardeos contra fábricas o residencias de todos.

 

La intransigencia de Guaidó de no querer ninguna forma de dialogo ni de participar en ninguna elección convocada por el gobierno es algo que puede acabar golpeando a la actual derecha venezolana, la cual cada vez va demostrando perder identidad propia para convertirse en un mero títere de Trump,

 

Desgaste

 

Si Guaidó se sigue desgastando él va a arrastrar con su descrédito a toda una amplia gama de los partidos que se han asociado a él, mientras va a ser inevitable que vayan creciendo nuevos sectores de derecha más inteligentes que busquen acuerdos con el chavismo y el comando militar para evitar más sanciones y prejuicios a los servicios públicos y que se apruebe un nuevo plan de reactivación económica.

 

Esto último es algo que podrá no ser bien visto por la izquierda radical que quiere aprovechar la crisis para “profundizar la revolución” y demandar la expropiación de todos los capitalistas y el no pago de la deuda externa, pero es una alternativa más sensata para el empresariado que las provocaciones de Guaidó que pueden llevar a un callejón sin salida y a que, en vez de que el país marche hacia una economía de mercado, conduzca a más nacionalizaciones y desborde social.

 

Mientras tanto lo que vemos en Venezuela es un impasse en el cual las fuerzas pro-EEUU son cada vez menos capaces de tomar el poder, pero el gobierno se ve incapacitado para ejercer su plena autoridad sofocando la sedición. Las fuerzas armadas van creciendo en su rol y se han tornado en la clave que decida la situación.

 

Isaac Bigio

Politólogo economista e historiador formado en la London School of Economics donde enseñó política venezolana y latinoamericana.

https://www.alainet.org/en/node/199045
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