Las Fuerzas Operativas Especiales de EE.UU. desplegadas en 135 naciones
- Opinión
Se los puede encontrar en polvorientos paisajes achicharrados por el sol, en húmedas selvas tropicales y en los salpicados y salobres litorales del Tercer Mundo. Gozando de reputación en el juicio, sacudidos por el motor de un helicóptero o calcinados bajo el inmisericorde sol del desierto, instruyen, ordenan a los gritos, persuaden en tanto hombres flacos realizan sus aprendizajes bajo sus vigilantes ojos. En muchos lugares, su particular mezcla de camuflaje, mejor calzado y equipamiento los ubica aparte. Sus días están impregnados de olor rancio dulce y de pólvora; sus noches se gastan en rústicos locales de bares del Tercer Mundo.
Estos hombres, la mayoría son hombres, pertenecen a una fraternidad militar exclusiva que se puede rastrear hasta los mismos comienzos de la nación. Habitualmente, han pasado la mayor parte de una década como soldados, marineros, infantes de marina u hombres de la aviación convencionales, antes de hacer el pase. Probablemente han sido desplegados mar afuera unas diez veces. Los oficiales andan generalmente por la treintena de años, los que se enlistan andan por sus últimos veinte. Tienen más instrucción que la mayoría en el servicio militar. Probablemente terminen casados y tendrán un par de hijos. Y día tras día, llevan adelante misiones en las sombras en muchas zonas del planeta; a veces se trata de desplazamientos secretos, más a menudo se trata de ejercicios ocultos que pueden tener lugar en el Chad o en Uganda, en Bahrein o en Arabia Saudí, en Albania o en Rumania, en Bangladesh o en Sri Lanka, en Belice o en Uruguay. Pertenecen a las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF, por su sigla en inglés, como las subsiguientes). Son las tropas de élite del más alto nivel de EE.UU.; los del Birrete Verde o los SEAL de la Armada, entre otros, y existe la probabilidad de que si usted arroja un dardo a un planisferio o si para con su dedo un globo terráqueo en movimiento, y no encuentra agua, tropezará con un territorio en que estuvieron algunos de estos hombres en algún momento en 2015.
El ancho mundo de las operaciones especiales
Este año, las Fuerzas de Operaciones Especiales ya se han desplegado en 135 estados, de acuerdo con Ken McGraw, vocero del comando SOCOM de esas fuerzas. Se trata aproximadamente del 70% de los países del planeta. En los hechos, cada día la mayor parte de las tropas de élite de EE.UU. están llevando adelante misiones en 80 o 90 estados, practicando despliegues nocturnos y a veces llevándolos a cabo en la realidad, practicando la función de francotiradores y a veces dedicándose a dispararle a enemigos desde lejos, anónimamente. Como parte del compromiso en una estrategia global de guerra no declarada y permanente llevada a cabo en todos los continentes salvo Antártida, hoy en día han superado la cantidad y el nivel de las misiones especiales llevadas a cabo cuando los conflictos en Irak y Afganistán.
En los días menguantes del gobierno de Bush, las SOF solían tener un circuito de control desplegado en unos 60 estados en el mundo entero. En 2010, de acuerdo con los datos del Washington Post, ese número se había acrecentado a 75. Tres años más tarde, ha saltado a 134 estados, superando los 133 de 2013 y antes de llegar a una nueva marca sin precedentes; 135 para el año entrante. El incremento de un 80% en los últimos cinco años nos muestra la exponencial expansión que empezó a tener una velocidad sin precedentes luego de los ataques del 11 de setiembre.
Los fondos para el Comando de Operaciones Especiales, por ejemplo, se han más que triplicado, de los 3 mil millones de dólares del 2001 a los casi 10 mil millones en 2014 a dólares constantes, de acuerdo con la Oficina Contable Gubernamental (GAO). Y tales fondos no incluyen los de varias ramas de servicio, que SOCOM estima en alrededor de 8 mil millones de dólares anuales, u otros importes de monto desconocido que GAO no ha podido rastrear. El número promedio de operaciones de las Fuerzas Especiales desplegadas en ultramar se ha casi triplicado durante estos mismos años, en tanto SOCOM duplicó y algo más su personal, de unos 33 mil en 2001 hasta casi 70 mil actualmente.
De acuerdo con el general Joseph Votel, comandante de SOCOM, unos 11 mil hombres se despliegan cada día o están estacionados fuera de las fronteras de EE.UU., amén de muchos más en disponibilidad, prestos para responder ante la eventualidad de una crisis en el extranjero."Pienso que una cantidad considerable de nuestros recursos están radicados en Irak y en el Cercano Oriente, en Siria, concretamente. Allí es precisamente donde ha estado nuestra cabeza” dijo Votel, en el Aspen Security Forum, en julio. De todos modos, Votel remarcó que sus tropas no están haciendo nada en Siria, aun cuando han llevado a cabo una incursión nocturno en ese país hace un par de meses y más tarde se supo que las fuerzas especiales llevaron adelante una campaña masiva y secreta de golpes hechos con drones en Siria.
"Pienso que estamos ahora incrementando nuestra acción en Europa del Este", agregó. "Al mismo tiempo continuamos mejorando nuestro nivel de apoyo en América del Sur, por Colombia y por otros intereses que tenemos por allí. Y por cierto, estamos comprometidos en la zona del Pacífico con una gran cantidad de nuestros socios, dándoles apoyo, elaborando esas relaciones y manteniendo nuestra presencia en esos parajes."
En realidad, el porcentaje promedio de operaciones especiales desplegadas en el Este ha decrecido en los últimos años. En 2006, el 85% de nuestros operadores especiales estaba desplegado apoyando al Comando Central o CENTCOM, al Comando de Combate Geográfico (GCC), que supervisa las operaciones de ultramar en esa región. En el último año ese número bajó al 69% de acuerdo con los datos de GAO. En el mismo intervalo, el Comando del Norte dedicado a la defensa de la patria, se mantuvo en el 1%, el Comando Europeo (EUCOM) duplicó su porcentaje, del 3% al 6%, el Comando Pacífico (PACOM) se incrementó del 7% al 10% y el Comando del Sur, a cargo de la supervisión de América Central y del Sur así como de la zona caribe, aumentó del 3% al 4%. El aumento mayor de todos modos de los despliegues de las fuerzas especiales fue en una región patentemente ausente de la gira de Votel. En 2006, apenas el 1% de los operadores especiales desplegados fuera de fronteras fueron enviados al área de operaciones del Comando África. El año pasado, eso fue 10%.
El desfile permanente por todo el planeta es el rasgo principal de SOCOM y no es ninguna casualidad que esté dividido en una serie de "subcomandos unificados" especialmente equipados: SOCAFRICA; SOCEUR, el contingente europeo; SOCCENT, el subcomando de CENTCOM; SOCKOR, particularmente enfocado a Corea; SOCPAC, que cubre el resto de la región Asia-Pacífico; SOCSOUTH, que dirige las misiones en América Central, Sudamérica y el Caribe; SOCNORTH, que está consagrado a la "defensa de la patria" y el mundialmente itinerante Comando Unido de Operaciones Especiales o JSOC, un subcomando clandestino (formalmente dirigido por Votel) basado en personal de cada rama de servicio, incluyendo los SEAL, los aviadores tácticos de las Fuerzas Aéreas Especiales y la Fuerza Delta de la Armada que se especializa en rastrear y matar sospechosos de terrorismo.
La elite de la elite de la comunidad de operaciones especiales, JSOC, cubre las operaciones encubiertas, las clandestinas y las de baja visibilidad en los sitios de mayor riesgo y fuego. Algunas operaciones encubiertas han salido a la luz en años recientes incluyendo una cantidad de misiones de la Fuerza Delta, entre ellas, una operación en el mes de mayo en la cual miembros de la fuerza de elite mataron a un comandante del Estado Islámico conocido como Abu Sayyaf, en la noche en un raid en Siria; la liberación en 2014 de un prisionero de mucho tiempo de la Armada de EE.UU., sargento Bowe Bergdahl; la captura de Ahmed Abu Jattala, sospechoso de ataques terroristas en Bengazi, Libia en 2012 y el secuestro en 2013 del militante de Al-Qaeda Anas al-Libi, en una calle en el mismo país. Análogamente el SEAL, entre otras operaciones, llevó adelante exitosamente un rescate de rehenes en misiones en Afganistán y en Somalía en 2012; otro intento con resultado desastroso en Yemen en 2014; un secuestro malogrado en 2013 en Somalía y el mismo año, una evacuación fallida en Sudán del Sur en la cual tres miembros SEAL fueron heridos cuando su nave aérea fue baleada por armas de pequeño calibre.
La sopa de letras de SOF y SOCOM
La mayor parte de los despliegues han sido, de todos modos, misiones de entrenamiento diseñadas por instructores con miras a forjar vínculos más estrechos con aliados. "Las Operaciones Especiales proveen un nivel individual de entrenamiento y otro colectivo, en clase", explica Ken McGraw, del SOCOM. "El entrenamiento individual puede ser en temas tan básicos como capacitación en tiros de precisión, navegación, operaciones aéreas y primeros auxilios. Proveen de un entrenamiento específico en una unidad de combate en cuestiones tan menores como tácticas de pequeñas unidades, contraterrorismo y operaciones marítimas. SOF puede también proveer entrenamiento formal en cursos con asistencia a clases en temas como el proceso de decisiones militares y el planeamiento de estado mayor."
Del 2012 al 2014, por ejemplo, las Fuerzas de Operaciones Especiales llevaron a cabo 500 misiones anuales pertenecientes a la Junta Combinada de Entrenamiento e Intercambio (JCET) en nada menos que 67 estados nacionales. JCET está oficialmente dedicada a entrenar fuerzas de EE.UU., pero no obstante sirven asimismo como un aspecto clave en la estrategia del compromiso global de SOCOM. Las misiones "generan socios militares claves entre militares extranjeros, realzan las capacidades de las naciones asociadas para defenderse por sí mismas, y edifican una operatividad conjunta entre la SOF de EE.UU. y las fuerzas de las naciones asociadas”, de acuerdo con la visión que tiene McGraw del SOCOM.
Y las JCET son precisamente una fracción de esa historia. SOCOM lleva a cabo muchas otras operaciones de entrenamiento fuera de fronteras. De acuerdo con los datos de la Oficina del Subsecretario de Defensa, por ejemplo, las Fuerzas de Operaciones Especiales llevaron a cabo 75 ejercicios de entrenamiento en 30 naciones a lo largo de 2014.
"SOCOM brinda un premio a los socios internacionales, contribuyendo a su capacitación. Hoy en día, SOCOM mantiene socios estables dentro de unas 60 naciones a través de nuestros equipos de conexión con nuestras Fuerzas Especiales y con la Junta de Planificación y Equipos de Asesoramiento” afirmó Votel, en una conferencia hace poco este año, llamando la atención hacia dos de los muchos tipos de Operaciones Especiales en las sombras que operan en el extranjero. Éstas, SOFLEs y JPATs, pertenecen a una sopa de letras de un alfabeto muy peculiar de entidades para operaciones especiales actuantes en todo el globo terráqueo, una mezcolanza de siglas opacas y de abreviaturas forzadas que enmascaran un mundo secreto de tareas clandestinas a menudo conducidas desde las sombras en países empobrecidos y controlados por regímenes más que problemáticos. La proliferación de este galimatías ─SOJTFs y CJSOTFs, SOCCEs y SOLEs─ refleja la expansión permanente de este comando, con su jerga militar que resulta indescifrable para la mayoría de los estadounidenses en la misma medida en que sus misiones les resultan también secretas.
Alrededor de todo el mundo, usted puede encontrar Fuerzas Conjuntas de Tareas en Ope-raciones Especiales (SOJTFs), Fuerzas Conjuntas Combinadas de Tareas en Operaciones Especiales (CJSOTFs), y Operaciones Especiales Conjuntas de Fuerzas de Tareas (JSOTFs), Comando para Teatro de Operaciones Especiales (TSOCs) así como Comando de Operaciones Especiales y Elementos de Control (SOCCEs) y Elementos de Conexión de Operaciones Especiales (SOLEs). Y este listado no sólo incluye a quienes pertenecen al Comando de Vanguardia de Operaciones Especiales (SOC FWD), equipos pequeños que, de acuerdo con los militares, "configuran y coordinan la cooperación de las fuerzas especiales en operaciones, comprometiéndose en el apoyo al comando en el teatro de operaciones, al comando de combate geográfico y a los objetivos del equipo nacional."
El comando de Operaciones Especiales no divulga sus sitios, ni siquiera brinda una idea de las dimensiones de sus SOC FWDs por “razones de seguridad”. Cuando se le pregunta en qué sentido dar únicamente el número de operaciones podría poner en peligro la seguridad, Ken McGraw es indudablemente opaco. “La información es reservada” contestó. “Y yo no soy la autoridad que establece tales reservas así que no sé la razón específica por la cual es reservada.” Información accesible, de todos modos, sugiere que están agrupadas y bajo reserva para favorecer operaciones secretas como por ejemplo SOC FWD Pakistán, SOC FWD Yemen y SOC FWD Líbano, así como SOC FWD África Oriental, SOC FWD África Central y SOC FWD África Occidental.
Lo que queda claro es que SOCOM prefiere operar en las sombras en tanto sus misiones y personal se expanden por todo el planeta pero sin que se le preste mucha atención. “La cuestión principal es que SOCOM resulta ser una fuerza global. Apoyamos a los comandos de combate donde quiera que estén, no estamos atados a las fronteras artificiales que habitualmente definen las áreas regionales en que actuar. Así que lo que tratamos de hacer es operar a través de tales fronteras.” Son palabras de Votel en el Aspen Security Forum.
En el borroneo de fronteras, los oficiales de enlace de Operaciones Especiales (SOLOs) están protegidos por lo menos por 14 embajadas claves para poder asistir a fuerzas especiales en varias naciones aliadas. Operan así en Australia, Brasil, Canadá, Colombia, El Salvador, Francia, Israel, Italia, Jordania, Kenia, Polonia, Perú, Turquía, y el Reino Unido. El programa SOLO tiene la potencia, de acuerdo con Votel, para expandirse a otras 40 naciones para 2019. El comando, y particularmente JSOC, han forjado estrechos vínculos con la CIA, el FBI, la NSA y otros servicios a través del uso de oficiales de enlace y de los equipos de apoyo a las operaciones especiales (SOSTs).
“En los marcos actuales, nuestra efectividad está directamente vinculada con nuestra habilidad para operar con asociados locales. Como fuerza conjunta, tenemos que continuar institucionalizándonos mediante operaciones conjuntas, con integración e interdependencia entre fuerzas convencionales y fuerzas de operaciones especiales, a través de la doctrina, el entrenamiento y los despliegues operacionales”, dijo Votel ante el Comité de Servicios Armados del Senado esta primavera. “Desde el trabajo con fuerzas indígenas y gobiernos locales para mejorar la seguridad local, hasta operaciones contraterroristas de alto riesgo, SOF desempeña roles vitales llevando adelante tareas esenciales.”
SOCOM no nombra las 135 naciones en las cuales las más calificadas fuerzas de elite de EE.UU. se han desplegado este año, para ni mencionar siquiera la naturaleza de tales operaciones. La mayor parte, fueron, sin duda, labores de entrenamiento. A través del Acta Constitucional sobre Libertad de Información, de todos modos, se obtienen documentos que nos muestran el intercambio en los entrenamientos de las Fuerzas Conjuntas Combinadas en 2013 y dan una idea de lo que hacen las Fuerzas Especiales cotidianamente así como de las capacitaciones requeridas para sus misiones en el mundo real: combate mediante armas de fuego, patrullajes, entrenamiento con diversas armas, formación de pequeñas unidades tácticas, operaciones especiales en territorio urbano, combate en barrios densos, uso avanzado de armas de fuego, entrenamiento para francotiradores, disparos de larga distancia, ataques deliberados y empleo de armas pesadas, además de cuidado de heridos, comportamiento atendiendo los derechos humanos, navegación, y planificación de misiones, entre otras.
Desde el Escudo de Fuerzas Camufladas para Tareas Conjuntas en Operaciones Especiales que actúa en la región subsahariana del África y el control del Comando de Operaciones Especiales en el Cuerno de África, hasta las Fuerzas Conjuntas de Control de Operaciones Especiales en la península arábiga, el crecimiento global de las misiones de SOF ha sido arrollador. SEALs o Birretes Verdes, operadores de la Fuerza Delta o comandos aéreos están tomando constantemente lo que Votel se complace en denominar “los desafíos más complejos, demandantes, de alto riesgo de la nación.”
Estas fuerzas llevan adelante operaciones casi por completo desconocidas para los ciudadanos, pagadores de impuestos, estadounidenses, que las financian ─operaciones que están muy lejos de poder ser escrutadas por los medios de comunicación─; están fuera de cualquier mirada de la sociedad civil. Cada día, en unos 80 países, o más, que el Comando de las Fuerzas Especiales ni designa, están haciendo misiones de las cuales el comando se niega terminantemente a hacer comentario alguno. Existen en un mundo secreto de siglas abstrusas actuando en las sombras, con misiones misteriosas mantenidas en secreto ante el público estadounidense, para no mencionar a la inmensa mayoría de los ciudadanos de las 135 naciones donde se han desplegado este año.
Este verano, Votel comentó que más operaciones de fuerzas especiales se han desplegado en más sitios y que están llevando a cabo más operaciones que en el momento del apogeo militar en las guerras en Afganistán y en Irak, y focalizó en dos conflictos en los cuales estas fuerzas han desempeñado papeles mayores pero que no han resultado gratos a EE.UU.
“Finalmente, el mejor indicador de nuestro éxito será el éxito (de los comandos emplazados en el terreno)”, nos dice el jefe de operaciones especiales, pero con los traspiés de las Fuerzas Especiales en el área de operaciones desde Malí y Nigeria hasta Burkina Faso y Camerún, y en la jurisdicción del Comando Central desde Irak y Afganistán hasta Yemen y Siria; en el PACOM, en relación con China y tal vez hasta en el EUCOM, en el área de operaciones ocasionada por Rusia, es más que dudoso cuál puede ser el tipo de éxito que se le pueda atribuir a esta expansión permanente de operaciones secretas de los militares secretos (sic) de EE.UU.
Considere el lector qué significa el constante aumento de este comando en los últimos años.
La comandancia de las operaciones especiales parece resignada a las muy claras limitaciones de lo que sus operaciones pesadamente armadas, muy bien financiadas, muy aparatosas, pero secretas, pueden hacer.
“Podemos comprar el espacio pero no el tiempo”, dice Votel, subrayando que SOCOM puede desempeñar un papel superclave enfrentando el “extremismo violento”, pero sólo hasta cierto punto, y este punto parece estar muy lejos de algo que se parezca a una victoria o al menos un cierto éxito político. “Usted sabe, de última los problemas como los que vemos en Irak y en Siria, no van a ser resueltos por nosotros”, remata.
(Traducción: Luis E. Sabini Fernández)
- Nick Turse es historiador, periodista de investigación, docente de la Universidad de Harvard.
Published in English at: TomDispatch, 24/09/2015
http://www.tomdispatch.com/blog/176048/
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