Verdad y universidad

13/09/2010
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Para comprender la crisis de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) partiremos de cuatro fenómenos con sus respectivos fantasmas de la verdad; cuya esencia tiene como hilo conductor e histórico: la intervención militar, policial, oligárquica y multinacional.
 
El primer fenómeno ocurrió en la década de los años ochenta, se caracterizó por violación a la Autonomía Universitaria, asesinato de profesores, estudiantes y trabajadores de la UNAH.
 
La Corte Suprema de la Injusticia anuló las elecciones legitimas y legales del Rector de la UNAH (Junio 1982) por intervención de Roberto Suazo Córdova Presidente de Honduras(Partido Liberal), General Gustavo Álvarez (Jefe de las Fuerzas Armadas) y John Dimitri Negroponte (Embajador de Estados Unidos de América en Honduras.
 
El fantasma mediático calificó a la UNAH, como centro de la subversión. El eje ideológico fue la Doctrina de la Seguridad Nacional cuya aplicación resultó en: tortura, eliminación o desaparecimiento físico de estudiantes, profesores y trabajadores sindicales de la UNAH
 
El segundo fenómeno fue la Intervención directa del Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional de la Republica en la Reforma a La ley Orgánica y elección de autoridades universitarias. (Presidente Ricardo Maduro 2001-2006)
 
 Abolición de la paridad estudiantil, desnaturalización de la misión de la universidad. Ex asesores de Pinochet proponen y se logra   suprimir la paridad estudiantil y reformar la ley orgánica. Se promueve la privatización del Alma Mater y el fortalecimiento de las Universidades Privadas.
 
Los fantasmas son los estudiantes a quienes se responsabilizan de todos los males de la Alta Casa de Estudios.
 
Tercer Fenómeno. Se agrava la crisis universitaria con el golpe militar. La institución es transformada en un microestado policial, militar. Se siembra el terror y se violan con frecuencia los derechos humanos de los estudiantes, profesores y trabajadores.
 
 El cuarto fenómeno es el desarrollo progresivo de una estructura centralizada, autoritaria, vertical, burocrática, elitista con altos salarios, y pensiones vitalicias.
 
La burocracia se presenta como un fantasma inmaculado; sin embargo en la realidad tiene alta responsabilidad en la crisis universitaria.
 
La mentalidad militarista se refleja en la unidad de mando, la ausencia de debate y la falta de democratización del sistema que obstaculiza la libertad del movimiento estudiantil, del profesorado y aplasta la dirigencia sindical.
 
El objetivo estratégico del control militar, policial, oligárquico y multinacional ha estado presente desde la década de los años ochenta. Sin embargo en aquellos años la presencia de las fuerzas militares y policiales era inadmisible y violatoria a la autonomía universitaria.
 
Desde el asalto a la razón del Alma Mater en los ochenta hasta los inicios del siglo XXI, la UNAH es una institución pintada de silencio ante la impunidad, el terror, la tortura, las violaciones de los derechos humanos y de la Madre Tierra.
 
Las soluciones a los conflictos estudiantiles docentes y laborales para las autoridades requiere mecanismos simples que consisten en lograr la presencia “amistosa” de los cuerpos policiales y militares quienes descargan centenares de bombas lacrimógenas, garrotazos y balas contra estudiantes y trabajadores.
 
Al final de cuentas quienes resultan heridos, perseguidos y denigrados son las victimas, los participantes en la huelga de hambre de los obreros. Mientras el aparato de Seguridad conserva la impunidad y el prestigio mediático de alto costo para el pueblo hondureño.
 
Los héroes y heroínas de este performance teatral y experimental son los aparatos represivos del Estado y las autoridades universitarias.
 
Desde una perspectiva ética debemos preguntarnos:¿ Tiene credibilidad moral una Comisión Oficial de la Verdad sobre las violaciones de los derechos humanos durante el golpe militar, donde participa la Autoridad del Alma Mater que ha propiciado las violaciones a los derechos contra estudiantes y trabajadores?
 
Como Ex Rector de la UNAH, siento un profundo dolor por lo que ocurre en el Alma Mater, y no puedo enmudecer ni dejar de condenar la intervención militar y policial; ni tampoco el atentado contra el fuero sindical y las agresiones contra los estudiantes.
La destitución de la dirigencia sindical no es negociable ni aceptable. La solidaridad de la clase obrera y del Frente Nacional de Resistencia Popular con los trabajadores, estudiantes y docentes debe ser contundente y efectiva.
 
 No se puede educar matando las ideas ni destruyendo las conquistas laborales y estudiantiles.
 
La unidad y movilización de la comunidad universitaria articulada con el pueblo es esencial. ¡Defendamos la Autonomía Universitaria! ¡Menos armas más educación! 
 
Tegucigalpa 12 septiembre 2009
 
- Juan Almendares, médico hondureño, ex-Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), fue candidato presidencial por el partido Unificación Democrática (UD).
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